Condenar
conductas irresponsables, perseguir a los causantes, aplicarles severas
condenas, demonizar a ciertos colectivos
y hacer veladas insinuaciones hacia otros, son cosas que ya se han hecho
en demasiadas ocasiones y –a la vista de los hechos- sin demasiado éxito. Pesa
a todo, y aun sabiendo que somos reiterativos, lamentamos profundamente la
situación que se ha vivido en nuestra región estos días pasados, en las que se
han puesto en riesgo vidas humanas y se han producido injustificables daños en
propiedades públicas y privadas.
A
estas alturas nadie duda que en la Cantabria rural tenemos un importante
problema con los incendios. Al menos tan importante como la cuestión del lobo o
el peligro de extinción del urogallo. Y para echarle mano a ese asunto de una
manera seria y decidida hay que empezar por conocer las causas y el substrato en
el que se cultivan ciertos comportamientos, que tienen unas raíces más profundas
y más extendidas de lo que cabría suponer desde fuera.
Hablar
puede ser un buen comienzo. Hablar poco y escuchar mucho, sabiendo anteponer un
ambiente adecuado que invite a la franqueza y la claridad de planteamientos.
Quien tiene la autoridad para dictar las normas, tiene también la obligación de
conocer las realidades y la naturaleza de las cosas que gobierna y debe dar el
primer paso para frenar este peligrosísimo descontrol.
Al
final, viendo la trayectoria que ha tenido este fenómeno en todos los años de
los que se tiene memoria, puede ser que nos encontremos ante las dos únicas
opciones probables: quemas ordenadas, controladas y auxiliadas o salvajismo
incendiario.
Quien siembra vientos recoge tempestades.
ResponderEliminarEstamos viendo como cuando hay elecciones nos encuestan mucho y según lo que digamos nos prometen el oro y el moro.
Luego, una vez elegidos, ya no se vuelven a acordar de nosotros y de ponen a legislar sobre los asuntos de gremios sin consultar a los afectados, cuando lo lógico sería incluso hacerles caso, no, ni siquiera escucharles.
En este caso, como en otros, es mejor escuchar a otros gremios minoritarios, pero que dan los votos llamados verdes, a cambio de suculentas subvenciones y buenos puestos de trabajo a salvo de crisis.
Muchas veces la mecha se enciende lejos del monte y con membrete oficial.A buen entendedor, palabras sobran.
Gobernar sin dar audiencia a los ciudadanos, no súbditos, trae cosas que no nos benefician a nadie y sólo trae a incompetentes a buscar culpables a cualquier precio.
Una idea, el terreno quemado es ideal para inmediatamente repoblar árboles, está abonado y desbrozado, y el paro acompaña.
Ningún cazador que se precie puede estar de acuerdo con quemas incontroladas, lo sabaen muy bien los propietarios de montes y terrenos donde habitualmente aparcamos nuestros vehículos y disfrutamos de nuestra afición año tras año pisando escajales, bardas y ahora los cortantes plumeros.
ResponderEliminarParece que los eucaliptos sobran, sus bardas y Escajos gozan de una inusitada protección.
Hace ya demasiados años que algunos hacen de su labor política al frente de gobiernos para sólo prohibir y recaudar multas por cortar un triste palo para arrear al ganado o limpiar un cierto.
Así van las cosas.
Hoy domingo se pueden dar cuenta algunos lo que es cazar y lo que no es cazar como es el perreo.
ResponderEliminarLa caza es caza, para el perro y para el cazador, lo demás......
Pero que es, que los aficionados a la caza del zorro no tenemos derecho a cazar.
ResponderEliminarEl año pasado nos recortan la fecha de caza, de septiembre a octubre y ahora solo un día a la semana.
¿Para eso están un montón de representantes de que, en ese consejo de caza?
Toda la vida cazando el zorro y pescando a gusana y estos tipos a la vejez me meten en casa?Revilla, Revilla, ya no eres quien eras, esto que nos hace tu gobierno no tiene perdón.¿Que es, que las tradiciones en los pueblos son solo las romerías y poco más?Es la última vez que te voto y eso que espero cobrar la pensión más años.